Agua sucia ‘potable’ la nueva tendencia en los hogares de María Eugenia
“¿Cómo es posible que, aunque uno pague su factura puntual no haya un servicio de calidad? “, Eduardo Pallares.
Por: Gheraldine Peñaranda



“El agua que sale de la pluma, la única conexión que tenemos con el tubo madre del agua, es tan sucia, revuelta, que toca echarla en recipientes de plástico y usarla para bajar el sanitario”, expresó Isidora Caballero, una de las moradoras del barrio María Eugenia.
María Eugenia está ubicado en la comuna 1 y a pesar de ser uno de los barrios más antiguos de Santa Marta, sufre una problemática que día a día afecta a todos los habitantes de este sector. “¿Cómo es posible que aunque uno pague su factura puntual no haya un servicio de calidad? “, señaló Eduardo Pallares residente del sector.
El agua proveniente de la pluma es generalmente de un color marrón claro, a veces, tiene pedazos de barro y una gran cantidad de pedacitos diminutos de piedras, y a pesar de que solo en algunas casas el agua llega sin necesidad de una motobomba el agua tiene estas peculiaridades.
La mayoría de los hogares situados en este barrio han optado una nueva alternativa para el almacenamiento del agua: la construcción de albercas subterráneas, esto permite que, aunque el agua salga sucia luego de unas horas el mugre se asiente y posteriormente se extraiga a través de una motobomba para luego colarla y hervirla, y de esta manera quede apta para el consumo humano.
Ernesto Montenegro, líder de la junta de acción comunal de María Eugenia manifestó: “Muchas veces he ido a hacer reclamos, exigiendo mi servicio de agua de calidad a la empresa Metroagua pero solo me dicen que eso es producto de la escasez de agua que ha habido en la ciudad”.
Ahora bien, es importante destacar las riesgosas enfermedades que produce consumir aguas contaminadas tales como el cólera, fluorosis, dracunculiasis y síntomas previos a estos padecimientos como: diarreas, náuseas y vómitos.
Por otro lado, la UNICEF (United Nations International Children’s Emergency Fund), a través de una artículo anunció: “cada año se dan 4.000 millones de casos de diarrea y 1,8 millones de personas mueren a causa de esa enfermedad, más del 90 por ciento (1,6 millones) son niños y niñas menores de cinco años Asimismo, cuando los menores sufren episodios repetidos de diarrea quedan en estado de mayor vulnerabilidad ante la desnutrición y otras enfermedades”.
Muchos de los moradores expresan que por necesidad e higiene prefieren comprar el agua en tiendas o supermercados para su consumo, sin embargo, no dejan de perseverar por una solución porque a final de cuentas están pagando su factura y no hay derecho a que el agua, siendo un elemento indispensable para todas las personas, esté tan sucio e insalubre.