Carnaval Infantil de Pescaíto: un aporte cultural a la niñez
Por: Caroline Bernier



Gladys Gamarra junto a su hija Greis Barrios.

Bajo una tarde con un sol incandescente, como suele ser en la caribeña Santa Marta, se encontraba un ambiente colorido rodeado de disfraces de ´Negrita Puloy’, ‘El Congo’, ‘La Muerte’, ‘El Tigrillo’ y demás ocurrencias unidas al bullicio y la algarabía particular que demanda el carnaval.
En esta ocasión fue protagonista el “Carnaval Infantil de Pescaíto” de la Fundación Pescaíto Dorado, una organización formada hace cinco años, el 28 de abril de 2010, que se ha convertido en una tradición para los niños de Santa Marta; su propósito es promover talentos y actividades que sirvan de modelo y conocimiento para las futuras generaciones, dejando un legado que continúe por muchísimos años más.
Es así como el pasado viernes 5 de febrero, niños y niñas de todas las edades disfrutaron en medio de bailes tradicionales como El Mapalé, la Danza de Son de Negro y El Bullerengue, en el desfile que comenzó en la plaza principal de Pescaíto, ubicada en la calle 6 frente a la iglesia Nuestra Señora del Carmen, o ‘la iglesia de Pescaíto’ como la mayoría de ciudadanos la llaman.
Un hombre de gestión para la cultura
Alaín Manjarrés es el presidente de la Fundación Pescaíto Dorado y organizador del Carnaval Infantil de Pescaíto: “Se creó con la idea de que perpetuara el carnaval, que fuera un semillero, que el niño reconociera el carnaval como una fiesta popular, tradicional y sobre todo cultural, como un instrumento pedagógico del que se busca que trascienda a lo largo de la historia del carnaval en Santa Marta”, comentó.
Así, este evento nacido en Pescaíto debido a la falta de fiestas infantiles, se ha venido formando como un espacio para los niños de la ciudad.
La fiesta contó con el apoyo del Ministerio de Cultura, del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y de la Policía de Infancia y Adolescencia.
Presente la ecología en los grupos participantes
Del evento folclórico y lleno de alegría por doquier hicieron parte grupos de danza como ‘Recetal Latino’, ‘Al ritmo Pescaitero de los Pololos’, ‘Grupo Danza Moderna del Instituto Técnico Industrial’, ‘Grupo de Danzas Folclóricas: Tambor Samario’ y uno que, en especial, representó la cara en pro del medio ambiente: el ‘Grupo Ecológico Piensa Verde’.
Basilia Llanes, representante del grupo ecológico expresó: “este grupo está integrado por niños de la comunidad del sur de Santa Marta y posee el nombre de la Fundación Piensa Verde, la cual hace más de 12 años utiliza el tiempo libre de los niños llevándolos a la realización de actividades culturales con el fin de evitar que estén en la calle”.
Mamás orgullosas de sus hijas
El amor de las madres, ese que es capaz de dar lo que sea, hasta la vida por sus hijos, se vio reflejado en las miradas de las señoras que con cariño arreglaban a sus niñas una y otra vez para que al desfilar se vieran como bailarinas profesionales en la pista de baile, que en este caso eran las calles del barrio Pescaíto.
Gladys Gamarra, es una de estas madres que con actitud alegre acompañaba a su hija Greis Barrios, quien hace parte de este carnaval desde sus inicios, en el que hace una de sus actividades favoritas: bailar. “Esta es una fiesta muy bonita y los niños se divierten, eso es lo principal, la alegría del carnaval”, manifestó.
Es claro que, aunque la mayor parte del carnaval lo celebren los adultos, esta fue la excepción, pues se han abierto espacios diseñados para el desarrollo cultural de los niños, permitiéndoles disfrutar sanamente junto a sus padres en la Comunidad Pescaitera.
Nadie debe perderse esta fiesta folclórica que caracteriza tanto a la personalidad del costeño que con su alegría y entusiasmo a cada paso, demuestra una actitud jocosa contagiosa para los habitantes y visitantes de Santa Marta.