Por: Gheraldine Peñaranda.
“Al principio fue difícil, muchas veces no teníamos para comer y no se vendía nada, pero la misericordia de Dios siempre me acompañó”: Calisto Luna
La historia de un valiente emprendedor

De izquierda a derecha: Yaneth Rodrìquez (Empleada de Calisto), Gheraldine Peñaranda y Calisto Luna.


Inicio de construcción de los diferentes cubículos para comerciantes.

De izquierda a derecha: Yaneth Rodrìquez (Empleada de Calisto), Gheraldine Peñaranda y Calisto Luna.
Calisto José Luna Nieves, es un comerciante que día a día goza la dicha de tener el amor de su familia, el sustento que le provee Dios a través de su negocio y la abundancia de una salud estable. Este humilde comerciante recuerda con pequeñas lágrimas en sus ojos su turbulenta niñez y adolescencia, marcadas por el daño y la violencia que grupos al margen de la ley, como las Farc, le ocasionaron a él, a su familia y a la comunidad donde vivía.
Calisto nació en Sincelejo (Sucre) pero a la edad de 4 años se trasladó con su familia a la Sierra Nevada de Santa Marta. Su padre, quién era agricultor, había sido contratado para ejercer un trabajo de capataz en una finca conocida como ‘La Colombia’, dedicada a producir café: “Todo marchaba muy bien, yo vivía feliz al lado de mis padres y hermanos hasta que llegó ese día en que la felicidad pareció esfumarse en instantes”, expresó Luna.
La mañana del 14 de junio de 1976 llegó a la comunidad un grupo de hombres vestidos del Ejército Nacional de Colombia, quienes portaban un sinnúmero de armas de alto calibre e inmediatamente infundieron temor en toda la comunidad.
Los uniformados empezaron a invadir las viviendas donde habitaban muchos de los residentes de la Sierra Nevada, buscaban a Guillermo Mendoza, alias ‘el sapo’, propietario de la finca ‘La Colombia’, a quien acusaban de ser un informante, su objetivo era asesinarlo.
Joaquín Luna, padre de Calisto, al ser un buen trabajador se ganó la confianza y el aprecio de Guillermo. En consecuencia, se vio involucrado en los asuntos de su jefe.
Después de unas horas, capturaron a Guillermo y a su capataz Joaquín, quien aseguraba que no tenía nada que ver con lo que estaba haciendo su jefe, mientras imploraba misericordia y era golpeado sin piedad.
Posteriormente, fueron asesinados delante de su familia y de toda la gente. Este nefasto suceso marcó para siempre la vida de Calisto, quien, con solo 11 años, presenció la funesta tragedia. Él y su familia huyeron de inmediato atemorizados por lo ocurrido y se trasladaron a Santa Marta con el poco dinero que tenían ahorrado.
Al llegar a esta tierra desconocida, Calisto y sus hermanos empezaron a ‘rebuscarse’ en la calle vendiendo dulces y empanadas que hacía su madre, y con el tiempo, se toparon con personas que habían invadido gran parte de lo que hoy se conoce como ‘El Mercado’, quienes tenían negocios muy sencillos en los que ofrecían verduras e implementos de aseo. Calisto empezó a tomar un pedazo de ese terreno para vender algunos productos, entre ellos maquillajes y zapatos.
“Al principio fue difícil, muchas veces no teníamos para comer y no se vendía nada, pero la misericordia de Dios siempre me acompañó”, señaló Calisto.
Poco a poco fue creciendo aquel puestico ubicado en lo último de la fila, y hoy un local que vende una gran variedad de artículos, como vestuarios para damas, caballeros y niños, además de moñas, cremas, perfumes, bolsos, medias, entre otros.
El 12 de diciembre de 2015 llegó a su puerta una notica que cambiaría el rumbo de su local, la Alcaldía de Santa Marta les brindaría a todos los comerciantes un espacio con mejores condiciones para que puedan desempeñarse de manera óptima.
Estos vendedores podrán trasladarse al lado del ’Nuevo Mercado’, lo cual permitirá despejar la zona en que se ubicaban y tanto peatones como vehículos podrán desplazarse sin dificultad.
Calisto manifiesta que es un proyecto interesante y, con una sonrisa, afirma que al fin la alcaldía los tiene en cuenta: “Los nuevos cubículos ofrecen un mejor lugar para que nosotros, los comerciantes, podamos vender nuestros productos en un lugar más cómodo y seguro”.