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 OPINIÓN
SAMARIOS CON REGIONALISMO SELECTIVO

Por: Liseth Castillo

Colombia es un país fragmentado, con marcadas diferencias fisonómicas, culturales y lingüísticas entre sus habitantes.

 

Si ha viajado por el país, sabe que no es lo mismo vivir en Bogotá, con sus frías y nubladas mañanas, su ambiente húmedo, sus interminables calles y sus muchos, muchos, de verdad, muchos centros comerciales; que vivir en Santa Marta, con el impetuoso sol, las siempre acaloradas tardes, la brisa de las playas y la cercanía a todas partes.

 

Esa es sólo una pequeña comparación entre la diversidad de las regiones y ciudades colombianas, porque las costumbres, los acentos y la gente cambia según la región.

¿Qué define el comportamiento regional de los colombianos?

 

Quizá sean esos factores ambientales los que determinen la conducta colombiana, o quizá la fragmentación se deba a las divisiones regionales.

 

Por eso, para los colombianos, el costeño es el que vive en la Costa Caribe, nunca en la Costa Pacífica, cerca del mar (aunque en Valledupar no hayan playas), el paisa es de Medellín, o de cualquier lugar donde hablen parecido (como en el Eje Cafetero), los llaneros son de Villavicencio, los del Amazonas son indígenas y en el interior del país son cachacos.

 

La percepción general, pero errónea, de muchos colombianos, no es más que un regionalismo selectivo, como para denominar a nuestros compatriotas con un término corriente, como si pertenecieran a una raza o etnia diferente de la nuestra; y sobre todo, para decir que unos son mejores que otros.

 

En la Costa los regionalismos continúan, lo usual para los costeños es decir que “de Montería para abajo, todos son cachacos”, porque la idea del cachaco es la de un ser extraño que ha salido de una nevera, que es tan frío como su ciudad, grosero y egoísta; y en el interior es más o menos igual, para los ‘Bogotanos’, que así se llaman a sí mismos, los costeños son alborotadores, escandalosos y perezosos. Eso sí, no se pierden una rumba.

 

Pero ésta no es sólo una batalla de críticas entre costeños y cachacos, si usted reside en Santa Marta, con seguridad alguna vez escuchó comentarios despectivos referentes a otros costeños: “los barranquilleros son habladores de mierda”, “los barranquilleros cagan playa”,  “los guajiros son contrabandistas”, “los vallenatos son bebedores”, y ¿los cartageneros? “hablan godpeao”.

 

Sin embargo, si le pregunta a un samario qué piensa de sus paisanos, su respuesta seguramente será: “Que somos calidá”; ¿es mucho amor por nuestra tierra o superioridad frente a las otras?

 

Parece que es más un problema de tolerancia, somos incapaces de aceptar las diferencias de los otros. Las costumbres, las palabras y hasta la comida, son pequeñeces que volvemos gigantes para distanciarnos.No somos enemigos, tenemos los mismos orígenes, la misma historia, los mismos ancestros.

 

Dejémonos de tantos regionalismos, ninguno es mejor que otro. No nos odiemos ni critiquemos, trabajemos juntos por hacer mejor nuestro país. 

 

 

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DIRECTORES:

 

Sofía Arzuza 

María Paula Segrera

Andrea Collantes

Liseth Castillo

Laura Gómez

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